Así se presentan en Facebook los amigos de la ONG "Enyanin"
Una
calurosa mañana de verano, en el transcurso de una intervención
quirúrgica a un pequeño niño Saharaui en el Hospital “Punta de Europa”
de Algeciras, surgió la idea de trasladar el campo de intervenciones a
los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia). Al
principio fue tan solo una idea “romántica” que posteriormente tomó
cuerpo y forma.
| Sitio web |
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Y aquí tenemos un artículo sobre el trabajo realizado y los resultados
"La intrahistoria de 21 intervenciones en Tindouf"
Cuatro profesionales del Punta de Europa asisten por undécimo año consecutivo a la población en el área de otorrinolaringología y forman al personal sanitario local
E. Correa / Algeciras | Actualizado 15.04.2012 - 01:00
El otorrino Antonio Caravaca pasa consulta a los niños saharauis.
El equipo durante una de las operaciones realizadas.
Once años lleva en marcha el
proyecto sanitario que se desarrolla en los campos de refugiados de
Tindouf en Argelia. Este apoyo al pueblo saharaui no es una cita más en
el calendario de los cuatro profesionales del hospital Punta de Europa
que lo desarrollan. Para ellos, todo el esfuerzo es poco para realizar
el máximo trabajo posible en 15 días.
El viaje de este año ha sido el undécimo consecutivo que se realiza y en él participaron el otorrino Antonio Caravaca -uno de los promotores-, la enfermera de Quirófanos Isabel Fernández, y las auxiliares de enfermería Purificación Alonso y Concepción Leal, todos ellos del centro hospitalario algecireño. Además en esta ocasión se han sumado dos compañeros de La Coruña y Jerez.
Caravaca reconoce a priori que normalmente se le da más importancia a los datos, a las intervenciones realizadas, y que se obvia la intrahistoria, la vida tradicional en el desierto de Tindouf, que sirve de fondo permanente a la realidad cambiante y visible. En los campos de refugiados el personal sanitario atendió 700 consultas médicas y realizó 21 intervenciones quirúrgicas. Este trabajo se realizó del 4 al 16 de marzo a una población distante en 50 kilómetros a los que avisaban mediante altavoces desde un coche.
En la mayoría de los casos, según relata el doctor, el paciente tenía que dejar todo lo que tenía previsto porque en dos días lo iban a operar unos extranjeros a los que no conocía de nada ni su idioma siquiera.
Entre los objetivos cumplidos destaca en la memoria desarrollada por el equipo de trabajo la asistencia tanto a población infantil como adulta. Alrededor de 700 consultas de otorrino en las diferentes Wilayas (los campos de refugiados saharauis se encuentran divididos en cuatro asentamientos que se denominan así, cada uno de los cuales está compuesto de varias dairas) y en el hospital nacional de Rabuni. En total se realizaron 21 operaciones con 21 anestesias generales. Asimismo, el personal sanitario se ha traído al Punta de Europa cinco muestras para estudio anatomopatológico y ha confeccionado una lista de espera quirúrgica con más de 20 pacientes que han aceptado cirugía para la próxima comisión que se realice. Queda trabajo por hacer y eso hace que este proyecto solidario siga adelante.
Los objetivos de la expedición son asistir a la población en el área de otorrinolaringología y formar al personal sanitario local. Y es que, los principales problemas de salud que se detectan entre la población saharaui se localizan en los ojos, los oídos y la laringe, principalmente provocado por las condiciones de vida y el clima de la zona.
Sin duda la labor didáctica es primordial ya que durante las intervenciones, en el preoperatorio y postoperatorio, el equipo da información e instruye al personal sanitario local sobre las particularidades de las operaciones llevadas a cabo.
Para el otorrinolaringólogo es más destacable el esfuerzo de conseguir un grupo que baja a los campamentos, trabaja a destajo y vuelve cansado porque ha tenido que viajar unos 4.000 kilómetros en avión, 600 kilómetros en todoterreno, que los números y datos que se subrayan por encima de todo. "Lo fundamental es ofrecer una labor clínica de calidad con unos estándares de salud europeos", destaca Caravaca. Sin duda, para quienes participan en este proyecto, los números son lo de menos.
La ONG Enyanin nació hace ya diez años entre profesionales sanitarios del Servicio Andaluz de Salud del Campo de Gibraltar.
Los miembros del equipo eran conscientes de las circunstancias penosas de los campamentos, acentuadas por los secuestros de tres cooperantes en octubre pasado, aunque todos acudieron con ganas e ilusión. Un valor que les honra. La Junta de Andalucía desarrolla diversos programas solidarios en el ámbito de la salud y facilita la incorporación de profesionales sanitarios como cooperantes en organizaciones no gubernamentales, mediante permisos retribuidos, como en el caso de este equipo algecireño.
"La experiencia personal y profesional es gratificante. Es un esfuerzo importante para la Administración Sanitaria andaluza a la que pertenecemos e igualmente para el personal local con el que siempre quedamos en deuda. Este año como ningún otro damos las gracias al pueblo por hacernos la estancia cómoda y segura, en unos tiempos más difíciles que nunca", reza la memoria. Ser agradecidos es lo que tiene.
El viaje de este año ha sido el undécimo consecutivo que se realiza y en él participaron el otorrino Antonio Caravaca -uno de los promotores-, la enfermera de Quirófanos Isabel Fernández, y las auxiliares de enfermería Purificación Alonso y Concepción Leal, todos ellos del centro hospitalario algecireño. Además en esta ocasión se han sumado dos compañeros de La Coruña y Jerez.
Caravaca reconoce a priori que normalmente se le da más importancia a los datos, a las intervenciones realizadas, y que se obvia la intrahistoria, la vida tradicional en el desierto de Tindouf, que sirve de fondo permanente a la realidad cambiante y visible. En los campos de refugiados el personal sanitario atendió 700 consultas médicas y realizó 21 intervenciones quirúrgicas. Este trabajo se realizó del 4 al 16 de marzo a una población distante en 50 kilómetros a los que avisaban mediante altavoces desde un coche.
En la mayoría de los casos, según relata el doctor, el paciente tenía que dejar todo lo que tenía previsto porque en dos días lo iban a operar unos extranjeros a los que no conocía de nada ni su idioma siquiera.
Entre los objetivos cumplidos destaca en la memoria desarrollada por el equipo de trabajo la asistencia tanto a población infantil como adulta. Alrededor de 700 consultas de otorrino en las diferentes Wilayas (los campos de refugiados saharauis se encuentran divididos en cuatro asentamientos que se denominan así, cada uno de los cuales está compuesto de varias dairas) y en el hospital nacional de Rabuni. En total se realizaron 21 operaciones con 21 anestesias generales. Asimismo, el personal sanitario se ha traído al Punta de Europa cinco muestras para estudio anatomopatológico y ha confeccionado una lista de espera quirúrgica con más de 20 pacientes que han aceptado cirugía para la próxima comisión que se realice. Queda trabajo por hacer y eso hace que este proyecto solidario siga adelante.
Los objetivos de la expedición son asistir a la población en el área de otorrinolaringología y formar al personal sanitario local. Y es que, los principales problemas de salud que se detectan entre la población saharaui se localizan en los ojos, los oídos y la laringe, principalmente provocado por las condiciones de vida y el clima de la zona.
Sin duda la labor didáctica es primordial ya que durante las intervenciones, en el preoperatorio y postoperatorio, el equipo da información e instruye al personal sanitario local sobre las particularidades de las operaciones llevadas a cabo.
Para el otorrinolaringólogo es más destacable el esfuerzo de conseguir un grupo que baja a los campamentos, trabaja a destajo y vuelve cansado porque ha tenido que viajar unos 4.000 kilómetros en avión, 600 kilómetros en todoterreno, que los números y datos que se subrayan por encima de todo. "Lo fundamental es ofrecer una labor clínica de calidad con unos estándares de salud europeos", destaca Caravaca. Sin duda, para quienes participan en este proyecto, los números son lo de menos.
La ONG Enyanin nació hace ya diez años entre profesionales sanitarios del Servicio Andaluz de Salud del Campo de Gibraltar.
Los miembros del equipo eran conscientes de las circunstancias penosas de los campamentos, acentuadas por los secuestros de tres cooperantes en octubre pasado, aunque todos acudieron con ganas e ilusión. Un valor que les honra. La Junta de Andalucía desarrolla diversos programas solidarios en el ámbito de la salud y facilita la incorporación de profesionales sanitarios como cooperantes en organizaciones no gubernamentales, mediante permisos retribuidos, como en el caso de este equipo algecireño.
"La experiencia personal y profesional es gratificante. Es un esfuerzo importante para la Administración Sanitaria andaluza a la que pertenecemos e igualmente para el personal local con el que siempre quedamos en deuda. Este año como ningún otro damos las gracias al pueblo por hacernos la estancia cómoda y segura, en unos tiempos más difíciles que nunca", reza la memoria. Ser agradecidos es lo que tiene.
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