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26 feb 2014

Y con todo ¡Feliz 38º Aniversario de la RASD!

 La proclamación de un Estado saharaui, la RASD, por aquel grupo de jóvenes organizados en un arquetípico movimiento de liberación nacional, fue la respuesta y desafío frente al vacío político e institucional que dejó España al evacuar al último soldado el 26 de febrero de 1976.


Las circunstancias y avatares del momento obligan a asentar a la joven república en territorio argelino. Y sin otro poder que la voluntad de sus revolucionarios fundadores se atribuyó la defensa y protección de la población saharaui, que había quedado a merced de la invasión mauritano-marroquí.

A pesar de la atípica situación de ser un Estado en el exilio, carente de algunos de los elementos jurídicos constitutivos de un Estado, la RASD ha logrado mantenerse y gestionar los asuntos de los refugiados saharauis, ofreciendo una estructura administrativa más o menos eficaz, al alcance de todos, suministrando una cobertura de servicios básicos como la educación, la sanidad y la defensa de los campamentos, durante estos 38 años.

Ha logrado también un cierto reconocimiento internacional, estableciendo relaciones diplomáticas con más de 80 países y llegando a ser miembro de la Unión Africana. También ha controlado y ejercido el poder sobre la franja de territorio liberado, y su Ministerio de las Zonas Ocupadas dirige el activismo político de los últimos años en el territorio ocupado.

Antes del alto el fuego, en 1991, era F. Polisario, el portavoz principal de la causa saharaui, después ha sido la RASD quién ha ido ejerciendo esa función.

El Estado saharaui, la RASD, ha ido pasando de ser una mera efeméride histórica, que se celebraba una vez al año, a ir creando y ampliando sus estructuras, instituciones y competencias, llegando en la actualidad a tener nada menos que 27 ministerios y un centenar de embajadas y representaciones diplomáticas en todo el mundo, encargadas de la divulgación de la causa y la búsqueda de apoyos en este interminable proceso de autodeterminación auspiciado por Naciones Unidas.

A pesar de estos indiscutibles logros para un Estado tan peculiar: en el exilio, sin solvencia económica, dependiente, para la prestación de servicios a la población, de la ayuda humanitaria, con una soberanía mediatizada por el país de acogida y sin aliados de auténtico peso en la política internacional, su salida a escena y nueva visibilidad durante estos años ha servido también para ponerle a prueba, sacando a flote sus limitaciones en muchas áreas, que ponen en entredicho su verdadera capacidad de llevar la gestión que corresponde a un Estado.

Sin necesidad de hacer un repaso histórico, los últimos acontecimientos en los Campamentos, cuando un grupo de refugiados ha llegado a manifestarse frente a la sede de ACNUR, pidiendo interlocución directa con este organismo para reivindicar unos derechos que la RASD ha sido incapaz de garantizar, han dejado en evidencia la falta de solvencia, cuando no de políticas, y su vulnerabilidad como garante de los derechos fundamentales de los saharauis y en especial aquellos que atañen a su condición de refugiados.

A esto, además, recientemente, se suma el cierre de la frontera argelino-mauritana, decretada por las autoridades aduaneras argelinas, y por ende el cierre de la frontera de los Campamentos, que es el territorio donde la RASD ejerce una soberanía tutelada, poniendo en evidencia las importantes limitaciones que pueden llegar a producirse.

Por otro lado, y a pesar de haber respetado el alto el fuego y optado por la lucha pacífica en los territorios ocupados, nuestro Estado no ha sido capaz de aportar ninguna iniciativa o formulación estratégica que alimente la confianza en la RASD de los principales países, que de una u otra manera, tienen intereses en la zona y son actores relevantes en la región.
El Estado saharaui por todas estas peculiares características siempre ha ejercido una soberanía limitada tanto dentro como fuera de los Campamentos. Recientemente un periodista saharaui de El Aaiún, en una entrevista en radio Maizirat, proponía que el Estado saharaui debería trasladar sus instituciones, o al menos parte de ellas, al territorio ocupado, aunque fuera de forma simbólica, por un lado para acercar más la RASD a la población saharaui, que no reconoce la soberanía ni la autoridad marroquí y por otro para legitimarse con su presencia.

Es probable que haya que hacer muchas reformas y cambios. La RASD tendría que homologarse con los Estados que cumplen con los requisitos básicos de separación de poderes, sometimiento a la ley, rendición de cuentas, transparencia, etc... pero, pesar de los condicionantes, cuando hay voluntad política, se acaban encontrando procedimientos y actuaciones que acreditan una buena gobernanza.

Y lo mas importante: mas allá de los avances que puedan producirse o no en nuestra causa nacional, un Estado, que se tenga por tal, siempre, en cada momento, debe de estar al servicio de los derechos, libertades y bienestar de sus ciudadanos, esta misión es impostergable.


Lehdía M. Dafa
Madrid, 27 febrero de 2014.

19 ene 2014

Los saharauis en los Campamentos empiezan a exigir los derechos que les asisten por su condición de refugiados.


Según la información publicada por la “Revista FuturoSaharaui” (en versión árabe) hoy, domingo 19 de enero, 40 familias saharaui de los Campamentos tienen previsto concentrarse frente a la sede de ACNUR en Rabuni para exigir el cumplimiento de las convenciones internacionales que regulan los derechos de los refugiados. Entre estos derechos, y según menciona el artículo, las familias saharauis exigen el derecho a un trabajo, a la propiedad y a la libre circulación por parte de el país de acogida, Argelia.

El artículo menciona intentos previos para el reconocimiento de los derechos de los refugiados frente a la sede de la presidencia de la RASD y el hartazgo al no haber conseguido ninguna respuesta.

Además últimamente en los Campamentos se han sufrido toda una serie de restricciones a la circulación y transporte de mercancías por parte de las autoridades argelinas, que han dado lugar a manifestaciones y un fuerte descontento porque asfixian el abastecimiento del pequeño comercio, que alivia las deficiencias en los suministros de la ayuda humanitaria, agravada últimamente por la crisis económica y los recortes presupuestarios en los países donantes.

Hemos insistido en la importancia que los saharauis conozcan los derechos que les asisten, en su condición de refugiados, y exijan su cumplimiento por parte de Argelia como país de acogida, con o sin la mediación del Frente Polisario.

Visita de Antonio Guterres, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, a los Campamentos

Según la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados(1951) todos los refugiados tienen unos derechos que el país de acogida tiene la obligación de conceder, al menos en las mismas condiciones que para sus extranjeros, entre los que se encuentran: empleo remunerado, vivienda, educación pública, seguros sociales (accidentes de trabajo, maternidad, enfermedad, invalidez, ancianidad, fallecimiento, desempleo..) libertad de circulación, documentos de identidad y de viaje... ¿Por qué muchos de estos derechos no pueden ser disfrutados por los refugiados saharauis? ¿Hasta cuando el gobierno de la RASD, en representación de los saharauis, no va a negociar con Argelia su cumplimiento, ya que, debido a las circunstancias, es incapaz de garantizarlos por si mismo?

Estos incumplimientos están causando, desde hace décadas, graves carencias y unas pésimas condiciones de vida a la población saharaui refugiada en los Campamentos de Tinduf. La primera obligación de todos, y mas de los responsables, es hacer todo lo humanamente posible por aliviar el sufrimiento de las familias y mejorar sus condiciones de vida, en tanto en cuanto no se llegue a una solución al conflicto con Marruecos.

18 jun 2013

En el 20 de Junio, "Día Mundial de los Refugiados" hemos escrito a ACNUR

Hoy 20 de junio se celebra el "Día Mundial de los Refugiados" y nos ha parecido que era el momento  oportuno para entregar a ACNUR una misiva con el siguiente texto:

" Coincidiendo con la celebración del “Día Mundial de los Refugiados” quisiéramos, con el mayor respeto y reconocimiento, acercarnos a ACNUR para recabar su atención sobre las penosas condiciones de vida de los Refugiados Saharauis en los Campamentos de Tindouf en Argelia.

Como usted sabe, cerca de 200.000 saharauis llevan casi 40 años resistiendo un durísimo refugio en mitad del desierto, en la hamada, con la esperanza de que un día se cumplan las resoluciones de Naciones Unidas y pueda celebrarse un referéndum de autodeterminación, que les permita regresar a su tierra.

Los largos años de refugio han ido minando la salud y la moral de un pueblo orgulloso, hospitalario, libre y austero. La obligada dependencia de la Ayuda Humanitaria ha hecho el resto; convirtiendo a los saharauis en menesterosos, dependientes y en una población recluida, con mínimas perspectivas de futuro. No hay ninguna garantía, ni compromisos o plazos para que este cruel destierro acabe de una vez por todas.

España, como antigua potencia colonial, y todavía administradora del territorio, tiene una especial responsabilidad sobre la vida de estos refugiados, que un día fueron ciudadanos españoles de pleno derecho. Argelia como país de acogida también tiene importantes responsabilidades, entre las que cabe destacar: la de garantizar a los refugiados saharauis unas condiciones de vida dignas, la libre circulación y los medios y recursos necesarios para que puedan iniciar una nueva vida.

Sabemos que no somos los únicos refugiados en el Mundo, ni siquiera, probablemente los que peor lo estén pasando, pero queremos que ACNUR de forma directa atienda a las necesidades mas perentorias de los refugiados, nos ayude a salir de ese circulo cerrado, nos de esperanza, nos ofrezca un futuro por el que trabajar con la ilusión de que las nuevas generaciones podrán superar los obstáculos y la falta de oportunidades, un apoyo tan necesario cuando no se tiene nada, ni siquiera una personalidad jurídica clara. ....." 

24 ene 2013

El Sahel en la agenda europea y las posibles consecuencias para la Población Saharaui

La Tribuna firmada, hoy 23.01.13, en el diario "El País" por los ex-ministros Miguel Ángel Moratinos y Bernard Kouchner "Europa llega tarde al Sahel" pone sobre aviso de la conveniencia, por parte de los paises de la UE, de afrontar los problemas del norte de Africa, abordando políticas que pueden alterar significativamente el panorama regional y en cierta medida afectar de forma impredecible a la Población Saharaui y su reivindicación histórica de ejercicio del derecho a la autodeterminación.
Parece claro que el arraigo de grupos yihadistas y de delincuencia organizada en amplias zonas, descontroladas, del Sahel ha encendido las alarmas de las grandes potencias y muy especialmente de aquellas que tienen intereses mineros, industriales y comerciales en los paises limítrofes.
También parece que Argelia revaloriza, a ojos de dichas potencias, su posición tanto como principal proveedor de combustibles, como de país buen conocedor de los movimientos yihadistas y experimentado en la lucha antiterrorista.
Algunos paises de la Unión Europea, arrastrados por Francia, es previsible, que mas pronto que tarde, incorporen en sus agendas de Exteriores la revisión de sus políticas en el Magreb y países del Sahel y una mayor presencia en la zona, tratando de contribuir a su estabilizarción y que se mantenga bajo control.
A partir de aqui, se podría producir un insólito acercamiento entre Marruecos y Argelia de imprevisibles consecuencias para los refugiados saharauis; se podría presionar hasta "imponer" al Polisario una vía de "solución" al prolongado y consentido conflicto provocado por la ocupación ilegal de Marruecos del Sahara Occidental; y quizás lo mas importante, que además del despliegue de medios militares y policiales, se empiecen a abordar políticas tendentes al, dificil pero posible si se tratase de una gran operación, impulso al desarrollo económico, que podría mejorar las condiciones de vida de las distintas tribus y pueblos de la región.
Esto último, requiere: no solamente inversiones económicas, sino también, una mejor comprensión de las culturas y mentalidades, un debate ideológico tanto global, como local, con unas ciertas garantías de libertad, y la exigencia de una gobernanza bajo la exigencia de presupuestos básicos de libertad, respeto a los derechos humanos, transparencia, democracia y control judicial. 

El Polisario y Argelia toman la iniciativa de evacuar a la mayor parte de los cooperantes extranjeros de los Campamantos de Refugiados Saharauis por la amenaza de los grupos yihadistas

Esta vez ha sido el Polisario, hay que suponer que de acuerdo con el gobierno de Argelia, quien ha tomado la iniciativa de repatriar a una parte de los cooperantes que estaban en los Campamentos.
El asalto del grupo yihadista autodenominado ‘los que firman con su sangre’,  dirigido por  Mojtar Belmojtar, al campo de gas In Amenas, en pleno territorio argelino, ha desatado todas las alarmas.
La decisión de evacuación de los extranjeros, restricción de nuevos visados y la suspensión o aplazamiento de proyectos de cooperación, que se está produciendo, provocada por la situación de tensión y amenazas que vive la zona, aunque esperamos que transitoria, incidirá negativamente en las condiciones de vida de los refugiados saharauis.
Es el momento de suplir con nuevas iniciativas, por parte del gobierno argelino y de las Agencias de Cooperación de España y Europa, acciones suplementarias que amortiguen dicho efecto fundamentalmente en dos vectores esenciales: alimentación y salud.
Igual que se recomienda por parte de investigadores (1) de la Fundación Elcano, que España "revise su política de protección física de empresas e infraestructuras de suministro (de gas) potenciando la colaboración con las fuerzas de seguridad locales y con las propias empresas para afrontar un escenario de inseguridad más exigente del que existía hasta ahora" creemos que tienen que adoptarse medidas similares, para garantizar la continuidad de la ayuda humanitaria, la soberanía alimentaria y el derecho a la salud de unos refugiados atrapados en medio de un conflicto al que son ajenos.
 
(1) Félix Arteaga y Gonzalo Escribano