El óptico de Dajla se llama Muley, ha
estudiado en Cuba y tiene 22 años de experiencia en su profesión.
Trabaja en el Hospital Regional, financiado gracias a la Hermandad de
San Esteban de Sevilla, donde además de óptico ejerce, la mayor parte
del tiempo, como oftalmólogo porque no hay personal médico suficiente.
Dice que le gusta su trabajo a pesar de
tener que convencer a los saharauis de lo importante que es cuidarse la
vista, y más en el desierto donde el siroco, la sequedad y la arena
hacen mucho daño a los ojos. La afecciones más comunes son "cataratas y
conjuntivitis alérgica" cuenta mientras muestra su taller y consulta,
perfectamente dotada de material facilitado por las ong Ojos del Mundo y
Médicos del mundo.
A los saharauis “les da vergüenza
ponerse gafas”, dice Mulay quien lo achaca a la falta de costumbre
aunque vayan al hospital a que se las hagan después no las usan, “ese
el peligro de que todo sea gratis” añade.
“Yo creo que soy un buen profesional
porque muchas personas de otros campamentos quieren que sea yo quien
les mire la vista” dice entre risas, “esto no es falta de modestia”.
Sin embargo, se pone serio cuando habla de la falta de medicamentos.
Una persona más en el campamento apunta a la crisis y los recortes como
desencadenante de esta carencia, “hace unos días hubo un brote de
conjuntivitis alérgica y solo había siete gotas para todos los
enfermos”, cuenta. “Repartimos una para cada barrio” para que las
distribuyeran los responsables de los mismos.
Blog "3500 Millones" "El País" 06/05/12
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